jueves, 5 de noviembre de 2009

Un minuto al silencio

Para dejar por fin de escribir al amor
e invocar a mi más allegado enemigo,
al silencio que abraza y golpea, que mata,
anestesia de estruendos por hondas miradas.
Silencio que llora, lágrima que clama,
sombra que susurra, beso que declama.
él desnuda el tiempo y reviste la calma,
él, perfecto refugio del grito del alma.
Hoy tu imagen fue cómplice de este silencio,
hoy la voz de tus ojos despertó mi sueño
tus palabras acordes de mis pensamientos
que callados te admiran, que de ti han sido presos.
Tal vez intenté no escribir al amor,
tal vez eres dueño hoy también del silencio.

2 comentarios:

  1. Te dejo, gracias a que las palabras se niegan a profanar la belleza de tu poema, un abrazo y un silencio marchito…

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  2. el tiempo ha hecho que las semillas del silencio se transformen en un inquietante deseo de releer este poema en las tardes en las que las palabras, a pesar del deseo escribir, se esconden en el cabeceo de las ramas, en el mutismo que antecede el ocaso, en la disidencia de la rutina...

    Gracias, una vez más, por este hermoso poema...

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